lunes, 27 de septiembre de 2010

La moral aséptica



Cada día está más extendida y aceptada entre los alergólogos la teoría que afirma que el aumento de las personas alérgicas en los países desarrollados se debe a un exceso de pulcritud. Resulta cuanto menos paradójico pensar que cuanto más nos aseamos más posibilidades tenemos de padecer enfermedades de tipo alérgico. Los países del llamado primer mundo, los supuestamente civilizados, aun conociendo esta teoría, prefieren seguir con sus pretensiones asépticas a pesar de las consecuencias descritas. Más allá del excesivo aseo de los habitantes de estos países hay una pulcritud excesiva que me preocupa más y que quizás sea más perjudicial todavía. Hablo de la asepsia de la moral; esa que como las alergias, provoca reacciones anormales, inadaptadas y exageradas del sistema inmune - la moral- ante sustancias que comúnmente no son bien toleradas.

Ocurre sin darnos cuenta y a diario. Aseamos nuestra moral constantemente, sin reparar en gastos ni adoctrinamientos. Pensad en un almuerzo suculento de chuletas de codero. ¿Cuántos de nosotros seriamos capaces de hacer lo necesario para conseguir esas chuletitas tan jugosas expuestas en el frigorífico de un supermercado? ¿Seríamos capaces de coger al corderito de norit, procurarle la muerte y descuartizarlo? Seguro que la mayoría de las personas volvería su cara con ánimo repulsivo al ver la cruda realidad de cómo llega hasta nuestro plato un alimento tan suculento.


Lavamos tanto nuestra moral, a veces de una forma tan hipócrita, que no somos capaces de reconocernos. Fíjense sino en las galas benéficas que organizan las clases adineradas de los países ricos. Señores todos ellos impolutos de cuerpo y alma con zapatos insultantemente brillantes acompañados de unas señoras esculturales algunas, otras no tanto, pero todas ellas revestidas con trajes carísimos y bañadas en perfumes que harán perdurar largo tiempo en nuestra memoria nasal un exceso de inalcanzable sensualidad. Ellos, en sus muñecas, relojes de oro, ellas en sus escotados pechos uno o una ristra de brillantes tan caros que un obrero de clase media necesitaría tres vidas para pagar la mitad de su valor. La moral aséptica de sus señorías les impide pensar como se consiguen esos brillantes que tan lustrosamente lucen sus opulentas señoras, o señoras putas, según la ocasión. No interesa saber que posiblemente esos diamantes se han conseguido gracias al trabajo de un menor en régimen de semiesclavitud que deja su vida en manos de los explotadores de las minas de Sierra Leona. En estos casos las alérgias provocadas se combaten con antiestamínicos en forma de recolectas benéficas que procuran una recuperación muy rápida del paciente. Pensar que solo los ricos pueden tener una pulcra moral es pensar de una forma muy simplista. Nosotros, los comunes de los mortales, de forma compulsiva o por necesidad compramos las zapatillas de deporte que vimos puestas anteayer al guapo deportista de turno sin reparar en que se fabrican en países cuyos obreros cobran al mes lo que aquí pagamos por un par de esas zapatillas “tope-guai chupi que te cagas”

Se nos olvida lo que somos, queremos negar la esencia de nuestro propio ser, lavamos la realidad para no tener que reconocer ante el espejo nuestra condición humana. Y la realidad es que somos animales, racionales en la mayoría de los casos, pero animales al fin y al cabo. Somos, por más que lo queramos negar, seres amantes de la supervivencia mas allá de las directrices que marca la moral y la ética y no dudaremos en cambiar la vida de otro por la nuestra llegado el caso. Queremos una vida exenta de alérgenos morales, mirar para otro lado creyéndonos seres limpios de alma, de moral, éticamente correctos, sanos por dentro y por fuera, asépticos de la realidad inherente al ser humano. Huimos de la muerte de una forma tan ilusoria que pensamos que nunca nos llegará. Pero la realidad es otra. La realidad es que tenemos que convivir con nuestra condición de animal, con la lucha, con la sangre, con el amor, el odio, las guerras, la paz, el hambre y por que no decirlo, con otros seres vivos que pretenderán lo mismo que nosotros; eso sí, sin cuestionarse tanto su existencia y sin reparar lo más mínimo en autoafirmarse como lo que no son.
¿A caso el miedo, la supervivencia, el peligro, las emociones y hasta la barbarie no forman parte de nuestra condición de animal? ¿Por qué ocultarla y negarla? Y lo más grave de todo: ¿Por qué pretender convertir la moral aséptica de uno mismo en un referente para los demás de forma autoritaria?



Reivindico para mí el derecho a tener una moral lo necesariamente pulcra para no contraer infecciones propias de gentes inmundas carentes de cualquier clase de escrúpulos pero no lo excesivamente limpia como para sufrir un choque anafiláctico cuando asisto a una corrida de toros. ¿Por qué tengo que sustraerme a la idea de que la abolición de las corridas de toros me hará mas humano? Tengo mis alergias morales, como todo el mundo, pero no se puede ser aséptico para todo y por ende alérgico a todo porque si no sería inviable vivir en una eterna burbuja. No se puede ni se debe, vivir rodeado de un mundo aséptico. Paradójicamente una moral excesivamente limpia es una moral excesivamente desvirtuada y por tanto una inmoralidad. Los corderos me alimentan el cuerpo y la Fiesta Nacional el espíritu. El que no quiera ver cómo llegan ambos platos hasta nuestras mesas que se haga vegetariano pero que conste que nunca he visto un vegetariano que haya cumplido 90 años. ¿Quien es nadie para marcarme mis pautas de limpieza? Precisamente lo son aquellos que pretenden mirarse en un espejo y no querer ver lo que realmente somos.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Al Cesar lo que es del Cesar


Aún encuadrando esta entrada del blog en el apartado de gazapos he de advertir que este recorte extraído de la página web de la Cadena Ser viene a ser lo que yo llamo un trabajo impoluto. Todos los intervinientes en la noticia han hecho su trabajo a la manera que hoy en día se hacen las cosas. Por un lado tenemos a la Consejería de Sanidad de la región murciana con su consejera a la cabeza que se anota un exitoso y popular acontecimiento aún siendo totalmente falso que los científicos sean murcianos y por otro lado tenemos al medio informativo que recoge la noticia y que lejos de contrastarla la publica faltando igualmente a la verdad.
En definitiva tenemos a políticos y medios de comunicación revistiendo la verdad de mentiras que sin saber ni cómo ni por qué de nuevo hacen un feo y un flaco favor a los verdaderos merecedores de elogios que, casualmente y una vez más, son andaluces y no murcianos.
La cuestión es que una fundación murciana que lucha contra el Alzheimer y dependiente de esta comunidad autónoma colabora, previo pago del importe, con una empresa de biotecnología en la búsqueda de marcadores genéticos para la detección precoz de esta horrible enfermedad. En definitiva resulta que la consejería en cuestión pone el dinero y a las personas necesarias para que se les extraigan material genético y otra empresa, llamada Neocodex, pone a los científicos que tiene en nomina a trabajar en este proyecto.
Si buscan en google a la empresa Neocodex verán que es una empresa sevillana con filial en Estados Unidos y que cuenta con capital tanto humano como económico de Andalucía.
Quizá, no lo sé, sea cierto aquello de que tenemos lo que nos merecemos. ¿Merecemos tener empresas biotecnológicas en Andalucía? Supongo que sí. ¿Tenemos que aguantar el demerito sobre lo andaluz? Supongo que también.

También doy por hecho que esta información, por lo menos por parte del medio de comunicación, no está falseada por ninguna cuestión que se le pueda llamar política ni por ningún otro interés oculto. Pero por más que se le ha comunicado a la Cadena Ser que han errado en el comunicado no han hecho ni el más mínimo gesto para rectificar. Así que desde este modestisimo altavoz tengo la pretensión de dar al Cesar lo que es del Cesar.

http://www.cadenaser.com/sociedad/articulo/cientificos-murcianos-descubren-nuevos-marcadores-geneticos-enfermedad-alzheimer/csrcsrpor/20100922csrcsrsoc_7/Tes

domingo, 19 de septiembre de 2010

Ha muerto Labordeta



Aquí dejo para el zaguán de mi memoria y de todas las que un día puedan pasar por aquí el recuerdo de un hombre ciertamente peculiar. Hoy ha muerto José Antonio Labordeta, un hombre polifacético donde los hubiese. Fue catedrático de historia, escritor, cantautor, presentador y político aragonés que fue diputado durante dos legislaturas. Como cantautor, quiero traer a este zaguán una canción que se convirtió en todo un himno a la libertad y que hoy en día, por ser un atributo ganado con sangre sudor y lagrimas deberíamos valorar lo que le costó a muchos españoles conseguirla.



No fue un político al uso. Lejos de encasillarse y aburguesarse en la política supo ser él mismo dentro y fuera del congreso de los diputados. Hoy, cuando los buenos políticos escasean, cuando oír a un político es ver la fotocopia de unas respuestas repartidas a todos por igual cuando se les pregunta, se echa de menos la peculiaridad de políticos como este. Se pudo estar de acuerdo o no con su ideología pero no dejó nunca de ser un político atípico y auténtico y fiel a si mismo.

jueves, 16 de septiembre de 2010

De nuevo los andaluces



Un mensaje subliminal es aquel que está diseñado para pasar por debajo o al contrario por encima de los umbrales de percepción, en otras palabras este mensaje no se capta de forma consciente por una persona. Estos mensajes llamados subliminales pueden estar en distintos medios visuales o en medios auditivos.

Aquí muestro de forma, quizá demasiado evidente, una forma de publicidad subliminal. En el primer caso el publicista relaciona lo perjudicial del tabaco con el trágico acto terrorista de las Torres Gemelas de forma tal que el observador asocia la muerte de miles de personas con el tabaco. En las otras dos imágenes relaciona el consumo de bebidas alcohólicas así como el consumo de helados con el sexo. Dos botellines de cervezas o tres helados fotografiados desde el ángulo pertinente muestra en ambos casos dos figuras femeninas de cintura para abajo.




Ahora observen el video de este anuncio televisivo como lo haría cualquier persona que, sentada en el sofá de su casa, hace tiempo para mejores menesteres. A priori no va más allá de la loable intención de dar ánimo a una población deprimida por las consecuencias económicas y hacer ver que con la formación adecuada se puede llegar a conseguir un trabajo.

Si nos paramos a pensar y ver más detenidamente el mensaje que lanza veremos que todos los parados son andaluces, alguno incluso de aspecto paupérrimo. De nuevo, y hasta aquí puedo estar casi de acuerdo, Andalucía aparece reflejada como el principal ejemplo de paro y pobreza en toda España. Ahora bien, si algo me enerva y me indigna por antonomasia es el hecho de que el educador o instructor, no tiene acento andaluz. Tenemos pues el mensaje de que en Andalucía mas menos que somos los únicos parados de toda España y por otra que la persona que se le supone un nivel académico superior, estatus de no parado, y por ende de una posición social más acomodada no encaja en el perfil de andaluz.

Una vez más mostramos aquí un ejemplo del sentir de una gran parte de la sociedad española. Políticos, empresarios, publicistas y tanta gente que menosprecia y minusvalora a esta comunidad autónoma.

Algunos de forma directa como políticos o grandes empresarios no se cortan a la hora de mirar con desdén, arrogancia y displicencia a la sociedad andaluza, otros, de forma subliminal lanzan mensajes que calan en la sociedad y que perduran en la conciencia del resto de españoles. Claro ejemplo lo tuvimos con la afamada serie de televisión Médico de familia donde una vez más la chacha tenía acento andaluz y representaba el arquetipo del andaluz tontorrón que tanto les gusta a muchos españoles con tal de sentirse un tanto superiores.

Me niego a aceptar esta actitud que una vez más muestra lo andaluz como una sociedad de segunda o tercera clase en esta España que a veces no se merece quererla tanto.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Sin comentarios o comentarias.








Si todavía estuviésemos en zona levantina se entendería como un símbolo de la industria del calzado que por aquellos lares existe. Pero no, estamos en Motril, en la costa granadina para mas señas. Sin comentarios pues.



P.D.: Eso sí, la puntería que ha tenido el gachón o gachona es para mandarlo o mandarla a las olimpiadas o a los olimpiados (señora ministra, que por mi no quede)

El renacer de un símbolo


Lo supe por la edición digital del periódico Ideal. "Cae el símbolo del Motril sin turismo"; así tituló mi admirado Fermín Anguita la noticia que daba debida cuenta sobre el desmantelamiento de la que antaño fuese una refinería de aceite situada en el recinto portuario motrileño. Aquellos, que de una forma u otra, fuimos parte de esa industria, en mi caso por tener familiares que en su día fueron trabajadores de la misma echaremos de menos lo que significó para nosotros. Para aquellos, que de una forma u otra, nunca la vieron con buenos ojos supondrá el triunfo de la estulticia y pasividad de la idiosincrasia motrileña. Efectivamente es un símbolo y lo seguirá siendo por muchos años y por mas que se borre su rastro. Será el triunfo de la nada sobre las posibilidades que Motril tuvo en la década de los sesenta de convertirse en una zona industrial o en un área turística. Pero he aquí que mas allá de ser un símbolo en vías de extinción basta con mirar a los alrededores de la misma para saber el verdadero significado de estas ruinas.

Monos de trabajo o biquinis era la tesitura sobre la que los motrileños tuvieron que decidir y a resultas de la situación actual es evidente que no supimos escoger ni una cosa ni otra. A la tan denostada fábrica se le achacaban toda clase de males en cuanto a vertidos y el motrileño, en un alarde de inteligencia huera, en vez de pedir un mayor control sobre los vertidos reivindicaba para si la eliminación radical de esta empresa con la esperanza de que algún Alberto de Hohenlohe o algún José Banús hicieran de esta ciudad la Marbella granadina.




Es un símbolo, si, de lo que pudo ser y no fue; una zona industrial pujante con el peso suficiente como para que los políticos nos hubiesen tomado en serio al ver como estas supondrían el verdadero motivo para haber hecho de las autovías una necesidad imperiosa para la economía comarcal. Es un símbolo como lo es la primera línea de playa que sobre los aledaños de esta se yergue con diseño y aspecto mas propio de un barrio marginal que de una zona turística. Es el símbolo que nos hace ver que a pesar de llevar muchos años sin actividad la suciedad de nuestras playas era producto, no solo de esta fábrica, sino del conformismo e ineptitud de una clase política que año tras año se nos deniega, con toda la razón del mundo, las famosas banderas azules sobre nuestras playas.

No quisimos industrias y a cambio obtuvimos nada. Queríamos turismo de calidad o simplemente turismo y a cambio no tenemos nada digno de lo que sentirnos orgullosos. Puestos a elegir entre fabricas y la nada me quedo con las fábricas.

No, no ha caído el símbolo. Cada trocito de fabrica que se desmantele será el culmen de la simbología motrileña.

viernes, 3 de septiembre de 2010

El juego del mentiroso

Diario El País

Diario el Mundo.



Si ayer comentaba la diferencia entre la información ofrecida por los diarios de edición digital de El Mundo y El País, la de hoy no deja lugar a dudas de que alguien está haciendo mal los deberes. Todavía la información sobre el precio a pagar por la cadena de restaurantes de comida rápida Burger King podía ser perdonable ya que venía esta del otro lado del charco y en el camino a alguien se le pudieron caer algunos millones de dólares pero en lo referente a cuantos controladores aéreos quieren denunciar a AENA para pillar tajada (una gran tajada) no hay duda de que lo mejor es no fiarse de los medios de comunicación visto lo visto.




No sé si se trata de la dura competencia entre estos dos periódicos lo que hace que cada uno de una cifra tan dispar habida cuenta de la rapidez con la que intentan ofrecer la información o es que entre los dos se han confabulado para jugar al mentiroso con la ciudadanía.

Igual a estas alturas ZP hace meses que dimitió y nadie nos lo quiere decir.

jueves, 2 de septiembre de 2010

El precio de una hamburguesa






Soy al periodismo lo que mi hija, o yo mismo, a Velázquez cuando pintamos pero creo que hay una asignatura en periodismo que se llama periodismo comparado y no sé si este es uno de los casos.
La cuestión es que de valer la cadena de hamburgueserias Burger King 3.100 millones de dolares a valer 4.000 millones va una "jartá" de diferencia y cuando esto ocurre a mí me gusta traducirlo a pesetas que suena bastante más disparatado.

El País en su edición digital da un importe y El Mundo en la suya da otra siendo la diferencia en euros de 702.344 euros que traducido a pesetas son 116.860.208.784 o lo que es lo mismo ciento dieciseis mil ochocientos sesenta millones doscientas ocho mil setecientas ochenta y cuatro de las antiguas pesetas. Calderilla que se dice.