lunes, 22 de octubre de 2012

¡Que asco de pulcritud!



¡Pero qué asco de pulcritud!
Me da asco oír como una niña ha sido acosada durante cuatro años, si, cuatro años,  por dos compañeras de clase mientras que sus padres deciden actuar con una pulcra denuncia cuando el nivel académico ha llegado a niveles mínimos. A un tris de certificar la muerte academia. ¿Había que esperar tanto?
Asco de difícil reversión cuando unos profesores, conocedores de la situación canallesca como canallesca pero pulcra actitud la suya al limitarse al pedir a las acosadoras que depongan su actitud.
Ascazo y con arcadas cuando resulta que la acosada tiene que hacer las maletas y mudarse de centro cuando quienes tenían que irse y a un centro de reclusión son las acosadoras.
Y ya se sabe lo que implica una sociedad tan pulcra que no es otra cosa que la cada vez más frecuencia de personas alérgicas. No lo digo yo si no los refutados y pulcros alergólogos que te atienden exentos de gérmenes en la seguridad social.
Alergia a que unos padres se planten en el despacho del director a cagarse en la puta madre que parió al sistema educativo. Alergia a que esos profesores cojan a esas niñas y les demuestren que el respeto y la autoridad no viene dada por ninguna ley que les contenten para poder seguir adocenados por decreto ley pero sin sobresaltos. Alergia a que las autoridades de turno, hagan de esas dos niñas acosadoras dos mujeres de bien de una forma más expeditiva sin tantos remilgos ni actuaciones de pulcro manual.
Ya hemos llorado más de una vez sobre un difunto alumno que se ha suicidado antes de que la anafilaxis propia de esta sociedad tan pulcra hiciese su trabajo. Eso sí, nos hemos secado las lágrimas con pañuelos muy pero que muy limpios.

P.D.: No. No pongo fotos por si tienen virus. Disculpen la pulcritud.