miércoles, 18 de enero de 2012

De los cuarentones y el mundo


El único consuelo que me quedaba el día que crucé la línea de las cuarenta primaveras era el saber que estadísticamente adquiriría una madurez que me convertiría en alguien más interesante. Esa prestancia, experiencia y sabiduría que nos dan los cuarenta me revestía de consuelo al pensar que el sexapil taparía todas mis inseguridades. Al fin y al cabo pasar de treintañero a cuarentón en cuestión de una noche resultaba difícil de digerir.



Llegué a creerme lo de la sabiduría, del resto mejor no hablamos pues resultaría un poco patético y si hay algo peor que un patético es un patético cuarentón.
En fin, como decía, creí a pies juntillas lo de saberme un poco más sabio, con más experiencia, con mayor capacidad para comprender el mundo y poder dar una explicación más serena y razonada sobre lo que acontece en nuestro devenir diario pero a fecha de hoy, pasado en demasía de los cuarenta, de lo único que estoy seguro es que cada vez entiendo menos las cosas.




No están en mi círculo de amistades esos grandes economistas que lo resuelven todo a golpe de especulación, tampoco los que medianamente sobreviven confeccionando impuestos de sociedades para las empresas pero sin embargo parece ser que los únicos que sabíamos del estallido de la burbuja inmobiliaria éramos los curritos de a pie. Las grandes celebridades, nóveles incluidos obviamente no tenían ni pajolera idea de lo que iba a pasar. Si no, no se entiende.



Tras las elecciones del 2008 los españoles votamos mayoritariamente a un presidente que a posteriori marcaría a hierro y fuego la historia de España llamado D. José Luis Rodriguez Zapatero. De nada sirvió levantarse del sofá para ir a votar por que las órdenes no llegaban desde La Moncloa sino desde el puesto de mando alemán a cargo de Angela Merkel.



Actualmente ni siquiera los gobiernos son soberanos para marcar el rumbo de sus economías. El viento sopla a favor o en contra a decisión de las agencias de calificación americanas, esas que calificaban de sobresaliente y hasta matrícula de honor a los bancos de inversión que se desplomaron en los Estados Unidos cual torres gemelas y que hicieron sonar la bocina del comienzo de la actual crisis.




Mientras el mundo occidental se estanca o retrocede en cuestiones de bienestar, no hablemos ya del tercer mundo, resulta curiosísimo e indignante que la venta de vehículos de lujo han aumentado considerablemente. Solo Rolls Roys ha aumentado sus ventas en un 31% en el 2011 mientras el conjunto del sector lo ha hecho en un 83%. Ahí es ná





Los niños ya no preguntan de dónde vienen los bebés ni tampoco por que Superman lleva los calzoncillos por fuera. Ahora preguntan cómo se ha pagado hoy la prima de riesgo, o si mi hipoteca tiene la cláusula suelo o quien inventó los activos tóxicos. Al fin y al cabo tienen muy claro que la leche sale del Carrefour y sus inquietudes apuntan más alto.


Sigo sin entender como el preso más antiguo de España, preso sin delitos de sangre, dicho sea de paso, lleva 36 años de prisión cumplida y se le deniega una y otra vez el indulto por aquello de la edad y sin embargo al chorizo de tres al cuarto (al cuarto de millón de euros) consejero delegado del Banco de Santander el delincuente Alfredo Sanz lo ha indultado Zapatero muy a pesar y con el informe desfavorable del Tribunal Supremo. Juicio por otra parte que se ha celebrado a los 17 años de cometer el delito por el que fue condenado. Resulta cuanto menos curioso que el Banco de Santander, con el sempiterno Botín a la cabeza condonó una gran cantidad de millones al partido socialista por deudas contraídas allá por el año 83. Raro, raro, raro.










Ni entiendo ni comprendo como China, autodenominado comunista practica una feroz economía capitalista. Metiendole a diario al proletariado la hoz y el martillo en salva sea la parte.



Mientras el director de El Teatro Español, Mario Gas, ideológicamente de izquierdas, recupera la blasfema imagen de Asier Extendía con un Cristo en el vello púbico para ser expuesta en el teatro aduciendo libertad de expresión es la propia izquierda, la mal llamada Izquierda Unida, la que pretende censurar una obra de teatro antiabortista en el teatro de Mérida. Como dice el refrán: si quieres saber quién es Juanillo dale un carguillo.

















Mientras Cataluña y el País Vasco devoran competencias de una forma insaciable Andalucía va y devuelve las competencias sobre la cuenca del Guadalquivir. Ver para creer.


Quizá se entienda todo cuando Zapatero arropado por una legión de asesores pagados con el dinero de todos va y se compra una residencia de verano en Vera por 440.000 € y la tuvo que vender posteriormente por 300.000 €. Está claro que no se rodeó de los curritos de a pie que entienden mas de economía que tanto sabiondo.






Espero tener las respuestas a tantos enigmas cumplidos ya los cincuenta.



O no, quien sabe.

jueves, 12 de enero de 2012

Mi memoria y 108.000 claveles

Uno nace con las cualidades y carencias que le ha tocado en suerte o en desgracia, según se mire. Conforme van pasando los años las cualidades las vamos perfeccionando a la vez que hacemos uso y gala de ellas en beneficio propio y, por qué no decirlo, también en beneficio ajeno.

Por el contrario las carencias o bien las enmendados o bien las obviamos. Hay sin embargo una tercera opción que es la de lamentarse eternamente por la falta de una cualidad mental o dote física (ustedes ya me entienden) que siempre pesará sobre nosotros. Anhelar poder cantar a lo Placido Domingo o bailar a lo Beyonce puede pesarnos tanto como para convertir en una pesada carga algo que en principio no nos es necesario para nuestra subsistencia.

En mi caso, andar justito, más bien escaso de memoria, me imposibilita para muchas cuestiones entre ellas la de ser un erudito en historia. Preguntarme qué ocurrió en fechas que no sea n 1492 o el 36 o hace 2012 años es querer arriesgarse a la famosa “callada por respuesta”. Fechas, datos y nombres tienen difícil retentiva en mi memoria y por ello me lamento porque reconozco lo apasionante de la historia y lo jugoso que resulta conocer al detalle acontecimientos históricos dignos de recrear y compartir entre amigos.

Pero como bien dice el refrán, no hay mal que por bien no venga, y hasta de los defectos hay que sacar provecho. Si la memoria no es lo tuyo no te acordaras de las promesas electorales que el político de turno hizo en campaña electoral cuando pasados cuatro años seguramente más del cincuenta por ciento de esas promesas han sido incumplidas sistemáticamente. Por eso, si tienes buena memoria, te conviertes indefectiblemente en el “hazmerreir con carácter retroactivo” de quienes un día te utilizó vilmente para conseguir sus propósitos electorales.

Háganme caso, vivir en el recuerdo baldío a veces tiene su ventaja. Eso sí hasta que por una de esas casualidades llega a tus manos un periódico de antaño y se te revuelven las tripas al ver como se rieron de ti, o tus antepasados en toda su cara con premeditación, nocturnidad y alevosía.

Dicho lo cual, y apelando a mi carencia de concreción les muestro en primer lugar la cabecera del periódico Ideal en su edición número 4818 fechado el 15 de febrero de 1948.


Y ahora la noticia por la que en 1948 se rieron de todos los motrileños y de sus generaciones futuras pues la promesa de la que se hace eco el periódico sigue a fecha de hoy incumplida de todas todas.


63 años después de esta noticia sabemos que el ferrocarril ni está ni se le espera. Pero si lento (siendo muy condescendiente) está siendo España en la construcción del ferrocarril por el contrario los motrileños fuimos de gatillo fácil a la hora de honrar y agasajar a quienes todavía tienen que estar esparciéndose de risa en sus tumbas.


Les resumo: Por el ferrocarril que nunca llegó, regalamos al generalísimo 78.000 claveles, 12.000 al ministro de obras públicas, otros tantos al de la gobernación y 6.000 al director general de ferrocarriles. Esto hace un monto de 108.000 claveles amén de las tarjetas de agradecimiento que se depositaron en el gobierno civil.

Reivindicación: O construyen el ferrocarril o que nos devuelvan los 108.000 claveles.