jueves, 24 de diciembre de 2009

Aquí está pasando algo.


Ibuprofeno o paracetamol, que no se por qué puñetas hay que comprar esos medicamentos porque toda la vida de Dios hemos pedido una aspirina o un okal. La cuestión es que necesito o bien un medicamento de estos o una noche parrandera al mejor estilo crapuloso para que no me afecten tanto la sarta de gilipolleces que tengo que oír o leer en estos días.

En España está pasando algo que no alcanzo a comprender y juro que lo intento pero mi mollera no da para digerir tal cantidad de despropósitos en tan poco espacio de tiempo. A saber: A los desnortados (des-nor-ta-dos, si, desprovistos de norte) y republicanos de Izquierda Unida pidiendo la intervención del Rey para una señora que se puso en huelga de hambre y que ya nadie habla de ella, la familia de esta, islámicos todos ellos, escribiéndole al Papa para que intervenga en esta misma cuestión, la mitad de unos intentado prohibirle a la mitad de otros que puedan disfrutar de un arte y tradición como son las corridas de toros, un fiscal pidiendo condena para un padre que el único delito que cometió fue llevarse a la fuerza a su hija menor de edad que estaba borracha tirada en la calle, una ministra al más puro estilo de la ley seca está intentando prohibir que se fume en cualquier espacio público (mi casa es mía, de mi mujer, de mis hijos y del banco, ¿me prohibirá fumar ahí también?) y por último, la gota que colma el vaso, llega una asociación de discapacitados pidiendo la intervención del defensor del menor de la Comunidad de Madrid para que los niños de San Ildefonso no participen en los sorteos de lotería. Que digo yo, ¿se acabarán las películas en las que intervengan menores?

¿Qué está ocurriendo? Algo falla cuando la sinrazón la queremos convertir en ley, cuando el remilgo más cutre y pachanguero hace acto de presencia en gentes que lejos de utilizar el sentido común, que por otro lado, suele ser el menor común de los sentidos, se acoge a extremismos típicos de sociedades que se alejan cada vez mas de la tolerancia. El extremismo, cualquier extremismo es pernicioso, malévolo, perjudicial y solo consigue radicalizar a esta sociedad.

Cuando acabemos teniéndole miedo a nuestros hijos por una posible denuncia en el juzgado de menores, cuando no podamos reducir a un maltratador, a riesgo de lesionarlo por la posibilidad de recibir una denuncia por lesiones, cuando todo eso ocurra, nos convertiremos en unos monstruos que deshumanizarán esta sociedad hasta tal punto que tendremos que dejar de llamarla sociedad.

A todos esos señores y señoras, miembros y miembras que diría la ilustre ministra, que se las cogen con pinzas y que no son más que radicales con remiendos de progres les pido por favor y encarecidamente, que dejen de dar el coñazo y se dediquen a menesteres más edificantes.

martes, 22 de diciembre de 2009

Cultura reogada con dinero.


Siempre que un país sufre nacen de su seno grandes literatos quizá porque como dijo Joaquín Sabina no hay nada peor para componer que estar feliz. No seré yo el que cambie buenos poetas por el bienestar social porque ni esta regla es matemática ni tampoco está el país como para desear que esté peor.

Esto viene a cuento por la noticia aparecida hoy en algunos medios de comunicación haciendo referencia sobre un planteamiento de inconstitucionalidad que ha hecho el Tribunal Supremo sobre la ley por la que se les obligaba a las cadenas de televisión a poner parte de sus ingresos a disposición de la industria del cine.

Hablar de la industria del cine es hablar de dos términos totalmente opuestos, o por lo menos creo que debería de serlo porque industria, en el sentido más común de su expresión, hace referencia a algo meramente productivo y de carácter lucrativo y por otro lado el cine es arte, concretamente el séptimo.

Desde el punto de vista lucrativo, ¿hasta qué punto están obligadas las cadenas de televisión a arriesgar el capital de sus accionistas en producciones cinematográficas? Y desde el punto de vista de la preservación de la cultura ¿hasta qué punto debemos dejar a su suerte la cultura cinematográfica?
Si obligamos a invertir invertiremos a la fuerza incluso en carne hecha estopa en la boca difícil de tragar y si no obligamos, grandes proyectos serán condenados al ostracismo por la falta del solido elemento llamado parné.

No me saldrán nunca agujetas en la lengua al proclamarme una y otra vez de izquierdas pero de la izquierda de antes, de aquella que aprobó la ley del divorcio y que daba la oportunidad a las personas de no convivir con quien no quisieran pero nunca fue y no será una ley que obligue a nadie a divorciarse. Esta moda de la nueva izquierda de imponer, imponer e imponer está lejos de la que yo conocí.

Imponer a las televisiones inversiones aunque estas den perdidas en sus balances me da a mí que es una medida que ya no se le ocurriría ni a la derecha más recalcitrante cuando lo fácil sería incentivar a aquellas que lo hiciesen. La cultura no se puede imponer a base de decretazos ni de leyes. La cultura hay que incentivarla, promocionarla y educar a la ciudadanía para que la aprecie. A las pruebas nos remitimos con el estallido de la burbuja inmobiliaria que ha provocado una reacción en cadena haciendo estallar la burbuja cultural de las obras de arte que solo han servido para especular y hacer ganar dinero a unos pocos haciendo de las obras de arte el mejor arte para ganar dinero pagando verdaderas barbaridades por bazofias sobre lienzos.

lunes, 21 de diciembre de 2009

De la dignidad y su precio.

Siempre he mantenido que las cosas no valen el precio que se les marca sino lo que alguien esté dispuesto a pagar por ellas. Dicho esto y haciendo acopio del título de este artículo me pregunto: ¿Cuál es el precio de la dignidad?

Para la señora Haminatu Haidar el precio es tan alto que su vida estuvo a punto de convertirse en el mayor de los estipendios que alguien puede llegar a pagar por la suya. Así como el reino alauita intentó especular con su valor cotizándolo a la baja hasta mínimos denigrantes la señora Haminatu cual broker de la bolsa neoyorquina supo hacer de la adversidad su aliado y consiguió revalorizarla hasta valores que van mucho más allá de la pieza más cara del escaparate de Tiffany´s.

Curiosamente, y siguiendo con mis particulares teorías económicas, cuando el producto ofertado por alguien sube de precio de forma sustancial significa que el de otro alguien es depreciado al mismo ritmo. Cuanto más subía el precio de la dignidad de la señora Haminatu mas barato era el del gobierno español y por ende el de España. Menospreciado por Marruecos, España rebajaba el precio de su dignidad hasta mínimos históricos acudiendo a Francia y Estados Unidos para que le solventasen la papeleta en el contencioso Haidar.

Si bien y a priori pudiera considerarse que la causa lo merecía nada más lejos del resultado final para darse cuenta de que el valor de la dignidad del gobierno de España se ha malvendido pues flaco favor le ha hecho al pueblo Saharaui al reconocer de forma explícita que Marruecos es dueño y señor del Sahara Occidental con el reconocimiento de que estos han de someterse a las leyes de nuestros vecinos.

De la señora Haminatu Haidar nos olvidaremos pasado el anís y los polvorones y la dignidad de España la venderemos como se vende el romero en la puerta de La Alhambra, mediante engaño, sabiendo que no vale nada.

domingo, 13 de diciembre de 2009

La mal pagá


El heredero al trono andaluz, nuestro presidente Sr. Griñan ha venido a decir que si el estatuto catalán es declarado inconstitucional el de Andalucía también lo será debido a las grandes coincidencias entre ambos. La cuestión para mi no es dirimir sobre la constitucionalidad de nuestro estatuto pero si he podido llegar a la siguiente conclusión: ¿Y a quien puñetas le importa nuestro estatuto?

Digo esto pues a pesar de que nuestro estatuto también se encuentra recurrido ante el constitucional a penas, por no decir nada, se habla de ello, lo que demuestra el poco peso que Andalucía tiene en la sociedad española a pesar de ser una de las comunidades con mas población.

Es tan poco el peso especifico de Andalucía, tan poca la estima y tan exiguo el respeto que se nos tiene que solo es comparable al gran sometimiento de nuestra comunidad hacia el poder del gobierno central a pesar de los constantes desaires y falsas promesas que se vierten sobre Andalucía.

No ya desde la aprobación del estatuto allá por el año 1981 sino desde mucho antes Andalucía siempre ha sido la meretriz con la que todos quieren compartir cama para su divertimento y provecho pero con la que nadie se ha querido comprometer y respetar. Da igual el color de la bandera que ondee en el Palacio de la Moncloa o en el Palacio de San Telmo que tratándose de Andalucía la consigna es siempre la misma: Coger los votos y salir corriendo.

No me duele tanto el incumplimiento sistemático de promesas, del ninguneo constante que estigmatiza a Andalucía como nuestra indolente capacidad para revelarnos por ello.

La explotación y expolio que continuamente se ha hecho de Andalucía, la reducción en la cuantía de la deuda histórica, la tardanza en el pago de la misma y el pago en especias caducadas con el que nos van a pagar debería ser suficiente para que este pueblo se levantase y se revelase contra una injusticia de tal magnitud. El cinismo de Joan Laporta es mayúsculo al declarar que “...Están matando a Cataluña y hay que reaccionar...” a lo que yo me pregunto: ¿Si a Cataluña la están matando, para cuando es el entierro de Andalucía”.

Somos “la mal pagá” de España y lo peor de todo es que nos da lo mismo.

jueves, 10 de diciembre de 2009

El debate está servido.

Suiza con el referéndum sobre los minaretes de las mezquitas y Sarkozy en Francia con su larga tribuna publicada en el periódico Le Monde hace presagiar que son los primeros movimientos sobre algo que subyace en la sociedad europea pero que hasta ahora nadie se ha atrevido a afrontar por considerarlo políticamente incorrecto. El empuje del Islam y la tan cacareada laicidad de los estados miembros de la Unión Europea tienden a converger en un punto de inflexión disfrazado de progresismo con la finalidad de querer contentar a todos por igual.

La homogeneidad cultural es una utopía no carente de riesgos que históricamente nunca ha llegado a buen fin. El miedo a perder años de historia y cultura hace mirar con recelo a una cultura importada por la inmigración y enraizada por las sucesivas generaciones que lejos de integrarse y homogeneizarse en Europa cada vez reivindican con más fuerza sus orígenes, su religión y la cultura emanada de esta.

El debate abierto escandaliza e incomoda a cristianos, islámicos y agnósticos por igual. Los primeros por querer hacer prevalecer su cultura y religión de siglos, los segundos por reivindicar su posición en una sociedad tradicionalmente de costumbres y religión distintas y los terceros por querer hacer desaparecer del ámbito público cualquier signo que identifique a los anteriores.

¿Cual es la solución? ¿Que quiere y que pretende la sociedad occidental? Lo desconozco pero hasta que no nos libremos de falsas apariencias y nos podamos manifestar sin tapujos el debate será estéril y no exento de riesgos que habrá que asumir. Mientras tanto, el debate está servido.

domingo, 6 de diciembre de 2009

El punto mas débil de la cuerda.


Hoy día 6 de Diciembre nuestra Constitución cumple 31 años. Serán muchos los blogueros (que alguien me explique que significa esto pues no viene en el diccionario de la Real Academia Española de la lengua) los que hagan referencia a este cumpleaños sabiendo de antemano que no todo el mundo le cantará aquello de “...cumpleaños feliz, cumpleaños feliz.....”. Curioseando por aquí y allá sobre el tema para no repetirme en demasía e intentar ser algo mas original he encontrado tres analogías que sinceramente me asustan y me han hecho reflexionar sobre el tema.

Yo que por cuestiones biológicas no pude manifestarme en mayo del 68 y tampoco pude ser un activista de la transición española (del estado que diría un catalán o un vasco) he esperado muchos años sabiendo que tarde o temprano me tocaría vivir en una década en la que fuese necesario aportar mi granito de arena para reivindicar derechos fundamentales de los ciudadanos o participar en acontecimientos sociales de tal relevancia dignos de ser recordados por futuras generaciones. Pero he aquí que a mis 40 años observo con estupor que lo que está de moda en esta primera década del 2000 no es luchar contra el poder represor ni contra las injusticias inherentes y emanadas del ser humano sino darle caña al mas débil.

En primer lugar y ya que estamos de cumpleaños nuestra Constitución está siendo vilipendiada por aquellos que no les da la razón en sus pretensiones partidistas, siendo consciente de que hasta sus pretensiones pueden materializarse gracias justamente a ella e incluso gracias a la benevolencia de todos aquellos que queremos vivir con aquello que se votó en diciembre de hace 31 años sin echar mano de nuestro derecho a denunciar las agresiones que sobre la misma se están cometiendo.

Por otro lado tenemos el acoso y derribo sistemático sobre la Iglesia Católica y sobre sus símbolos. Continuamente algunos medios de comunicación llamados liberales y organizaciones constituidas a tal efecto arremeten de forma reiterada contra una religión que, lejos de ser perfecta, goza también de grandes virtudes que son ninguneadas constantemente con tal de desprestigiarla y sin embargo simpatizan con otras religiones y casi las disculpan cuando su simbología lejos de estar colgada en un aula sirve para vestir a tantas mujeres y niñas haciéndolas esclavas de una cultura y preceptos machistas a todas luces dignos de ser erradicados. Mientras que en España denostamos al catolicismos precisamente por ser transigente, conciliador y en esencia pacifista nadie se atreve ni siquiera a poner una imagen de Mahoma porque la irracionalidad de muchos extremistas islámicos haría peligrar nuestra acomodada sociedad sembrándola de atentados y protestas al mas puro estilo terrorista.

Y por último tenemos a una persona que, apoyándola como la apoyo, en todas sus reivindicaciones me ha sorprendido al ver que, la gran luchadora Haminatu Aidar, lejos de arremeter y culpar de su estado actual a Marruecos culpa a España de la muerte a la que podía verse abocada por su huelga de hambre. Es decir, Marruecos la pone de patitas en la calle se pone en huelga de hambre y España tiene la culpa de su posible muerte. Nuevamente la cuerda se rompe por el sitio mas débil, en este caso por el sitio mas torpe. La señora Aidar sabe que si pocas posibilidades tiene de que la dejen entrar en Marruecos para volver a su casa en el Sáhara Occidental menos tendrá si sigue acusando a Marruecos de país dictador y anti democrático, lógicamente tiene que señalar a un país demócrata como germen de sus males. Estamos de acuerdo en que aquí el análisis es mas profundo pero no deja de ser menos cierto que solo se puede expresar de esa forma cuando así lo permite un país demócrata.

Eh aquí pues que mi generación, la generación pos constitucional, vive con la consigna de arremeter contra todo aquello que no suponga dejar de ver un partido de fútbol por el plus los domingos o irse de copas un sábado por la noche. Ni siquiera la actual situación económica que atravesamos es digna de ser reivindicada de forma enérgica y así nos va.

Un saludo y hasta la próxima que va a empezar un partido de fútbol.

jueves, 3 de diciembre de 2009

El cinismo en perpetuo carnaval.

Reconozco que por ser este mi primer artículo de opinión, después del preceptivo saludo, corro el riesgo de ser tildado de catalanofóbico. Pero nada más lejos de mi intención que avivar el fuego provocado por la clase política española afincada en Cataluña así como por personajes de gran poder mediático que en ella cohabitan.
El tan manido estatut se ha convertido en un atuendo que sirve para travestir al cinismo y disfrazarlo de manía persecutoria.

Estoy completamente seguro que la ciudadanía residente en Cataluña tiene mayores y “mejores” problemas en su día a día como para estar pendiente de semejante asunto que solo sirve para enturbiar unas relaciones entre los españoles de Cataluña y los del resto del territorio nacional. No seré yo el que haga un dictamen sobre la constitucionalidad del mismo cuando difícilmente llego a entender si la última multa de aparcamiento que me impusieron es legal o no, cuanto más para hacer de experto en algo que lejos de ser un simple panfleto sobrepasa en muchos casos al entendimiento de más de un catedrático en derecho constitucional.

Pero sobre lo que si puedo opinar es de esta manía de llamar al pan piedras y al vino lejía cuando lo fácil es llamar al pan pan y al vino vino. La lista de despropósitos anti españolistas colma hasta al mismísimo Santo Job y encima pretenden dar la sensación de que se ha conjurado de una forma judeomasónica contra todo aquello que huela a Cataluña cuando la realidad es ciertamente distinta. No importan las convicciones personales de todos estos sujetos, ni su propia cultura que si se trata de llevar la contraria al resto de España pues se cambian de ideales y punto.

Por un lado la singular Pilar Raola erigida en adalid de los derechos de los animales al verse inmersa en una campaña anti taurina y con visas de que se apruebe una ley en Cataluña para prohibirlas. Curiosamente el único animal que le importa es el toro bravo y su sempiterna manía de erradicar las corridas de toros en pos de evitar el mal trato animal pero lo de fastidiar a la burguesía catalana prohibiéndoles las monterías como que no se le pasa por su cabeza y me da que el resto de animales le importan tres pimientos porque el toro de lidia es un símbolo Español y hay que lidiar este símbolo hasta cortarle las dos orejas y el rabo. También pulula por este escenario el actual presidente del F.C. BARCELONA. Que se coge una cogorza del quince y lo pillan, culpa de los medios de información españolistas que le tienen manía por ser ultranacionalista y no por ser la cabeza visible de una entidad como de la que es presidente. El siguiente en el escalafón es E.R.C. con su iniciativa apoyada por la marioneta del ZP para erradicar los crucifijos de los colegios tanto de los públicos como de los concertados. Pero no deja de ser otro ejercicio de cinismo ya que no le duele en prenda relacionarse con los imanes de las mezquitas catalanas para que sirvan de colegios electorales para sus consultas independentistas. Que son detenidos Maciá Alavedra, al alcalde de Santa Coloma y Llúis Prenafeta, todos ellos nacionalistas de pro y enchironados por ser presuntamente corruptos, pues para eso está C.I.U. para beatificarlos y correr un tupido y estúpido velo haciendo bailar a todos los diarios catalanes con una editorial conjunta sobre el estatut para jugar al despiste.

Pero si de alguien no me esperaba esto, si con alguien me he sentido totalmente defraudado es con el charnego, porque así lo denominan en Cataluña y así lo señalan sirviéndose de el hasta que puedan darle una patada en el culo por no ser de pura casta catalana, del Sr. José Montilla, mas que le pesen a los ultranacionalistas de que ha de llamarse Josep Montilla. Sus veladas amenazas advirtiendo que si Cataluña sufre España también sufrirá no dejan de ser ciertas pero no es menos cierto que si sufre Ceuta o Melilla también ha de sufrir el resto de España, para eso somos todos españoles, faltaría más. Solo me queda recordarle al Sr. Montilla que si Cataluña votó mayoritariamente al Estatut también lo hizo de la misma forma a la Constitución que no deja de ser la madre de todas las democracias y ni las normas de mi comunidad de vecinos ni el dichoso Estatut están por encima de nuestra carta magna. Lo dicho el cinismo está disfrazado y establecido en un perpetuo carnaval que no conviene a nadie ni siquiera a los que en un principio puedan creer que se benefician por ello.

martes, 1 de diciembre de 2009

Caminante no hay camino...

Comienza aquí una andadura que hasta muy recientes fechas hubiese apostado que jamás iniciaría. He aquí un claro ejemplo que hace verdadera la famosa sentencia “nunca digas de esta agua no beberé” . Nace este blog sin más pretensión que la de ojear en primera persona aquellos pensamientos que en un día, un minuto, un instante pudieron pasar por mi memoria como ciertos.
La edad de este que escribe así como la experiencia inherente a la misma me han llevado a pensar que las cosas de este mundo y este mismo mundo no es blanco pero tampoco negro. Hoy, aseverar y hacer perdurar un pensamiento o una idea como ciertas solo ha de durar lo que dura el raciocinio de la misma pues la razón anclada en la más estricta de las mentes solo conlleva a la esclavitud de pensamiento.
No está en mi ánimo tampoco hacer uso exclusivo del razonamiento y hacer del mismo mi bandera porque como dijo Petrarca “no ha lugar la razón contra la fuerza de la pasión” y paradójicamente es esta última la que me ha llevado hasta aquí.
Bienvenido será todo aquel que busque cobijo o pretenda asaltar el zaguán de mi memoria, dependerá de las intenciones de cada una el perdurar o no en el mismo
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