miércoles, 9 de junio de 2010

Una paradoja


¿Qué haríamos si nos topásemos con el último animal de una especie al borde de la muerte por inanición pretendiendo comerse la última planta de una especie?

A priori, este planteamiento capcioso tiene una controvertida respuesta debido a lo peliagudo de la cuestión pues en cualquier caso una de las dos especies se extinguiría irremediablemente.

Algo parecido ocurre habida cuenta de la controversia originada por la negativa de un colectivo de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales, la FELGTB, a que en su desfile anual del orgullo gay impidan asistir al colectivo de gays y lesbianas semitas aludiendo que han pisoteado los derechos de los activistas que iban en la flotilla con ayuda humanitaria con destino a Gaza.

El tema resulta rocambolesco al darse la paradoja de que un colectivo defensor de los derechos humanos, para defender los de unos, pisotea los de otros. Quizá la respuesta a esta paradoja no está precisamente en dar respuesta sino en preguntarse el por qué de esta situación.

1 comentario:

David Rodríguez Jiménez-Muriel dijo...

Muy fácil... Al igual que el catalán lleva años propagando la idea que ha sido una lengua vilipendiada bajo el yugo de una dictadura, ahora que no está en esa situación, es esta la dictadora que somete a otra lengua.

Pues al mundo gay y demás le pasa lo mismo: pisados y perseguidos, para ahora pisar y perseguir.

Es la falaz historia del progre. Un rancio peligroso envuelto con brillantez. De ahí que prefiera cuatrocientos carcas retrógrados a uno sólo de estos... En definitiva son lo mismo, pero los primeros tienen la valentía de decirlo.