De Peperos y andaluces.

Hace tiempo que no recordaba por que en Andalucía el PP y la derecha nunca han cuajado. Quizá sea porque estamos impregnados de un estereotipo prejuicioso y pernicioso que hace de los peperos unos indeseables para Andalucía. El pepero estereotipado consta de traje con corbata hasta para ir a la Romería del Rocío. Trata con displicencia y rehúye de todo aquel cuya tarjeta de crédito sea la del Carrefour y no la visa oro con la que poder comprar en la tienda del Gourmet del Corte Inglés. Una gran parte de su sueldo se va en gomina o tinte rubio para el cabello según el sexo del personaje en cuestión pues no hay nada más infame que uno de la gaviota calvo o pelicorto o melena morena; eso es de gitanas que diría el más recalcitrante. Les gusta pavonearse por Marbella como el que va de safari por África, que si por ellos fuese vendrían en helicóptero sin pasar por el aeropuerto malagueño para no tener que ver la cruda realidad andaluza que lejos de interesarles de verdad quieren obviarla para no sentirse culpables por la herencia tan ruinosa que generación tras generación han dejado en Andalucía. Todo aquel que con un poco de capital ha llegado se ha enriquecido y se ha largado a Madrid o Barcelona porque un rico en Andalucía sería un bicho raro impropio de una clase pudiente que no puede permitirse el lujo de mezclarse con la prole de bajo abolengo. Si de algo podemos presumir es de ser los mayores exportadores del mundo de charnegos 5 jotas. Le gusta que le llamen Señorito o Don que para eso sus papas le han proporcionado una carrera tras quince años de estudios en la más prestigiosa de las universidades en las que las calificaciones valen su peso en oro.

Los Borjas Maris y los Alvaritos, las Pilucas y las Marietas representan en Andalucía algo que no existe. El estereotipo es injusto e hiriente y por ende antidemocrático porque ni son todos los que están ni están todos los que son. Esa animadversión que se les tiene a los peperos es a todas luces poco beneficiosa para Andalucía como tantas y tantas cosas lo son.

Pero he aquí que cuando estamos cerca, muy cerca de despojarnos de tanta tontería absurda y sin sentido llega un pepero con el pelo engominado con apellido compuesto de alta alcurnia Soler-Espiauba Gallo para más señas y suelta una de sus paridas que hace revivir las mas ancestrales de las estampas tipical spanish impropias de los tiempos que corren. Va este señorito licenciado en Historia Moderna y Contemporánea, en Ciencias Políticas y Sociología, apoltronado como diputado de la Asamblea de Madrid casi ya dieciséis años, y una "jartá" de cargos mas (de un pepero no se podía esperar menos), y suelta una parida en su blog en la que menosprecia el acento andaluz de la candidata a presidenta de la Comunidad de Madrid la plebeya Trinidad Jimenez. Dice este espécimen lo siguiente:"…
Si gana Trini las primarias (creo que ni soñando lo hará) es una candidata floja para Madrid. Su acento le hace más apta para Dos Hermanas o Velez-Málaga, suena extraña…"

¡Qué suena extraña dice el gominolo este! Lo raro sería que Arenas no se cagase en su Doña puta madre (Lo siento; Perez Reverte insultaría con mas estilo) por haber parido a un imbécil de alta alcurnia. Todavía si fuese pobre tendrían la desfachatez de disculparlo sus compañeros pero no es el caso. Para colmo, esta lindeza la suelta en su blog donde a groso modo le he contado más de veinte faltas de ortografía a disculpar igualmente si no fuese por todos los carrerones que tiene Don Juan Soler-Espiauba Gallo. "Ahí es na".

Por desgracia no es el único caso. La memoria política en este pais es muy corta en algunos casos y demasiado larga en otros. Al carro del menosprecio de lo andaluz tambien se sumaron en su día Alejo Vidal Quadras , la mismísima Esperanza Aguirre, Monserrat Nebreda y la famosa Ana Mato llamando analfabetos a todos los niños andaluces.

Lo dicho: Los estereotipos son una putada para todo aquel que se encuentre a ambos lados de Despeñaperros. De este cúmulo de despropósitos quedamos pues empatados pero algunos no se dan cuenta de que lo que cuentan son los votos y al diputado "Lacoste" parece que no se lo han enseñado en la universidad. De todas formas es de agradecer su sinceridad porque así sabemos lo que piensa de verdad algún que otro político.