lunes, 25 de enero de 2010

Ya hemos vuelto de FITUR

Termina FITUR, cierran los Stand y todos vuelven a casa con la sensación de haber hecho bien su trabajo. Para unos el trabajo consistió en mostrar las verdaderas excelencias del producto ofertado pero para otros el existo consiste en hacer creer que su producto es bueno sabiendo que no lo es.

La representación motrileña fue, estuvo y volvió con tres cosas:
Un cartel de nuestra Semana Santa.(por cierto, mágnifica foto, quizá lo mejor de nuestra Semana Santa) Menos mal que el forastero o guiri que se acerque a Motril, al no tener ni pajolera idea de lo que eso es no tendrá que llevarse las manos a la cabeza al darse cuenta de que nuestra Semana Santa es mediocre y que dista mucho de parecerse ya no digo a las que juegan en primera división sino a la de ciudades mucho más pequeñas que nuestro Motril pero con un nivel que dista mucho del nuestro.
También han llevado una guía de tapas, es decir, una relación de bares. Nada más que comentar al respecto.

Y por último a modo de buque insignia han presentado la nueva Guía de Recursos Turísticos de Motril, como así la llama nuestro ayuntamiento.

Esta guía bien pudiera tener una portada de este tipo. De entre las muchas que hay, que merezcan la pena publicar siempre estan las del tipo en las que se fotografía posicionado desde el sur y fotografiando Motril con Sierra Nevada al fondo. Como portada puede estar mas o menos bien pero el problema lo tenemos al hojear las páginas interiores y la contraportada, es decir, la esencia del Motril turístico, lo que realmente tenemos. ¿Y que tenemos?


Pues tenemos algo parecido a las marismas de Doñana, donde el visitante podrá ver la rica fauna autoctona.



Tenemos también grandes carreteras comarcales por las que el visitante podrá desplazarse con rapidez y seguridad por los distintos atractivos turísticos de nuestra zona y contemplar desde su propio vehículo nuestros parajes naturales.

Igualmente nuestros bosques harán las delicias del turista el cual podrá verse inmerso en plena naturaleza disfrutando de parajes tan excepcionales como este.


No podía faltar en un pueblo costero un gran paseo marítimo por el que dar largos paseos y sentir las caricias de la brisa marina. (Esto igual me ha quedado muy cursi pero me estoy postulando para crear en este blog un rincón poético, todo se andará)


Para el navegante intrépido podemos ofertar hasta un río navegable de gran calado.


Algo que a simple vista el turista no aprecia pero que es de suma importancia son las redes de saneamiento las cuales posibilitan que esta ciudad evacúe de una forma limpia y segura sus residuos evitando malos olores (siento no poder hacerles oler La Rambla de las Brujas, pero supongo que el olor, esté usted donde esté, le habrá llegado alguna que otra vez) y posibles infecciones.


Y qué decir del casco antiguo de nuestra ciudad con edificios, tan representativos de nuestro pasado y por supuesto de nuestro presente, como este deslumbrante edificio.

Pues sí, estas son las fotos del interior y contraportada de nuestra guía. Alguien podrá acusarme de oportunista y decirme que unas inundaciones son algo ocasional y que los desperfectos que el agua ha ocasionado estarán solucionados para la temporada veraniega. Y digo al respecto que la culpa de las inundaciones no son de la lluvia, si acaso de la lluvia de ineptos que lustros tras lustros han gobernado nuestra ciudad y ninguno se ha dado cuenta que no se le pueden poner barreras al agua. Y peor aún, se dieron cuenta tarde pero poco hacen al respecto. Además una ciudad que se autoproclame turística no puede dar una imagen turística 4 meses al año y dar una imagen tan paupérrima el resto del mismo. Tenemos que ser competitivos y ofertar nuestros productos 365 días al año y no cuatro días en FITUR. Claro está que si nuestros productos son estos mejor nos quedamos en casa porque como ya dije una vez:

A FITUR, si hay que ir se va, pero ir "pa na" es tontería.

1 comentario:

David Rodríguez Jiménez-Muriel dijo...

Con probabilidad, una de las mejores entradas que he leído en un blog desde que descubrí la existencia de estos hace tres años o así. Lo triste es que debajo de esa fina forma de entender la vida que llamamos ironía, todo esto es verdad.

El negocio del turismo, que siempre me lo ha parecido, lo ví, veo y veré peligrosísimo. Acostumbrado a recibir cientos de miles, tal vez millones de turistas anuales, si flaquean (desde un 11-S a una crisis mundial, o vete a saber qué) se destruyen efímeros puestos de trabajo, efímera economía y efímera calidad de vida.

Me gusta el turismo que sostienen aquellas ciudades que tienen cosas que ofrecer. Sería una pena que alguien considerado medianamente instruido, no vea en su vida Florencia. Sería una pena que se perdiera el esplendor imperial vienés, la orgullosa decadencia praguense, la contrastada sociedad londinense, la estética admirable de París, la sinfonía de luz de Cádiz, el modernismo ya clásico de Barcelona, la impactante estampa medieval de Ávila, la romántica Granada, el rompeolas de los españoles que es Madrid...

Esas ciudades y otras mil y quinientas que me dejo, deben decir que son destinos no ya turísticos, sino imprescindibles. Motril necesita copar espacios de funcionariado que creen una masa laboral fija e independiente. Un estudio serio de sus posibilidades y recursos agrícolas. Una especialización de la producción pesquera que no se someta a paros biológicos o caprichos piratas y una industrialización moderna y sostenible.

Pero en Motril, por culpa de los motrileños, ni la historia, ni el arte, ni la estética ni... están ni estarán. ¿Vendemos tapas? Pero si quitando los bares de pescado fresco (recién pescado, no fresco de congelador) las tapas de Motril son más vulgares que Belén Esteban con gastroenteritis.

Así no se seduce a un visitante, que a lo mejor escoge Motril entre julio y agosto, porque su presupuesto no alcanza paraotro destino veraniego "costasolense". Demagogias y chauvinismos los justos.

Y del cartel oficial, ya hablamos otro día. Que merece un capítulo a la desvergüenza...

Fitur me dices ven... lo dejo todo...